Antes que nada, muchas gracias por todos los correos y mensajes que he recibido a colación del correo de ayer.
Veo que reírme de mí misma y declarar abiertamente que soy una cateta os ha hecho gracia.
Tomo nota.
Anécdotas de estas tengo unas cuántas, así que permanezcan atentos a sus pantallas.
Pero el tema de hoy es otro.
Un pelín más denso y amenaza con llevarte a la reflexión.
Ready?
Tú qué prefieres: ¿ser sabio, experto, referente en tu sector o ser un superventas?
Hace unas semanas, en una sesión de trabajo de LinkedIn 101 mi cliente me dispara esto a bocajarro: “Mariam, yo no quiero ser el más sabio de mi sector. Yo quiero vender más”.
¿Y sabes qué? Que lo entiendo perfectamente.
Hace sólo un par de horas publiqué un post en relación a este mismo tema en LinkedIn y no dejan de sorprenderme los comentarios que estoy recogiendo.
También los entiendo, pero creo que no son muy realistas.
Hablemos claro, por favor.
¿De qué vale ser el que más controla de tu temática si eso no te da para comer?
Y créeme que hay mucho experto en esta situación.
Cuando trabajaba en la Universidad (estaba en un equipo de investigación como personal docente e impartía clases a la vez que hacía parte de las tesis de otras personas - La vida es así-) tenía a un montón de expertos, sabios y demás familia a mi alrededor.
De venta, del mundo de la empresa y de lo que es generar riqueza con ese conocimiento ni puta idea.
Es crudo, pero es
así.
OjoCuidao, no estoy diciendo que dentro del mundo académico no haya gente que no sepa vender. Pero seguro que captas por donde voy.
Por supuesto, esto sucede no sólo en el entorno de la Universidad.
Sucede en todos.
En el mío también.
Ni qué decir tiene que yo no soy la tía que más controla de marketing digital, ni de content marketing, ni de nada de nada. Pero sí sé sacarle rendimiento a lo que sé.
Sí sé monetizarlo.
Sí he construido un negocio en torno a mis habilidades, conocimientos y talentos.
Sí.
Y eso me permite vivir una vida cada vez más parecida a la vida que quiero vivir.
¿Podría tener la vida que tengo sin saber vender?
Lo dudo.
Y eso que cuando trabajaba por cuenta ajena no me iba mal.
Pero es que ahora me va mejor.
Seguiré trabajando para que esto no sólo no cambie, sino que mejore.
Muchos de los que vendemos servicios profesionales, al principio de nuestro emprendimiento estamos obsesionados con esto de demostrar que somos expertos en nuestra materia, unos verdaderos especialistas.
Y es bien.
De verdad.
Pero en realidad estamos poco orientados a la venta.
Puede que porque no sepamos cómo vender.
Porque tengamos creencias estúpidas respecto a la venta y todas esas cosas de las que ya he hablado mil veces.
Pero también es cierto, y esto lo digo después de haber asesorado y mentorizado a montones de emprendedores, que no todo el mundo ha nacido para vender. Ni siquiera para desarrollar habilidades de venta que le permitan construir un negocio estable y sostenible.
Sin embargo, ¿crees que es posible ser experto y superventas o que es mejor quedarse en ser experto? ¿o es mejor quedarse en superventas y renunciar a ser referente? ¿una cosa lleva a la
otra?
En fin, mil preguntas.
Pero ¿acaso no sería divino ser un verdadero referente en lo tuyo y vender tanto que puedas permitirte tener la vida que quieres?
Lo cierto es que nunca ha sido tan fácil parecer experto.
Antes, sólo unos cuántos eran capaces de compartir su conocimiento: en sus webs, blogs, redes, formaciones y conferencias.
Pero ahora todos podemos generar contenido como churros.
De hecho, ni siquiera tenemos que hacerlo.
Hay tantas herramientas gratuitas para esto que el número de cursos y formaciones para saber pedirle cositas a una IA se ha disparado en cosa de semanas.
Lo cual también hace que me pregunte si esto no nos estará convirtiendo en seres un poco más limitados y gilipollers.
Pero este ya es otro debate.
Sea como fuere, todo apunta a que hemos cambiado el foco y nuestra forma de comunicar para seducir, convencer, vender.
Y aquí viene otro antes y después ⬇️
Hace unos años, lo suyo era posicionarse como experto para atraer y generar confianza. Y para esto no había otra que desarrollar habilidades y conocimientos excepcionales sobre una materia concreta.
Ahora, nos apremia tanto el ansia viva y los resultados a corto que no nos importa enfocarnos más en el PARECER que en el SER.
Supongo que porque de alguna forma hemos asumido que esto es lo mejor desde el punto de vista del negocio.
Quiero más ventas.
Quiero más ingresos.
Quiero camelar cuanto antes al algoritmo para que éste me dé su favor y así ser más visible, llegar a más gente, más seguidores, más leads, más ventas, más ingresos, más rápido, más automatizado.
Más.
Más.
Más.
Y que sea ya.
Pero sinceramente, cuál es tu objetivo: ser el más sabio del lugar o facturar en plan salvaje.
Quizá tu respuesta esté condicionada a no querer parecer un idiota o peor aún, un amante de la venta.
(Por favor, nótese el tono irónico del comentario anterior).
Rebelde, me encantaría conocer tu respuesta al dilema, así que…¡envíamela!
¡Ah!, y si eres de los que no tiene ninguna creencia limitante sobre las ventas, dale al link ⬇️
Es todo por hoy.
Me voy a una reunión de trabajo.
Kiss.
PD: tú dale al link y rellena el formulario de contacto para que pueda ponerme en contacto
contigo.
PD2: si quieres que nos sentemos en una sesión de diagnóstico y contarme el punto en el que estás para valorar opciones de trabajar juntos, me dices y en un momento agendamos un hueco.
Mariam Veiga
O Marcas O Caducas
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